Si algo ha puesto de manifiesto el estallido de la pandemia de la Covid-19 es que los riesgos que nos acechan van en aumento. Las amenazas tradicionales siguen ahí, pero a ellos se suman nuevos riesgos derivados tanto de los avances tecnológicos como de los cambios sociales. Un aforismo que es aún más cierto en el caso de los directivos y administradores de empresas.
Los riesgos derivados de los problemas económicos de las empresas por la crisis, ciberriesgos, aspectos medioambientales, políticas de diversidad… son tendencias globales que están creando un nuevo panorama en el que todo indica que estas derivas no harán otra cosa que acelerarse en un futuro post-covid.
Seguro de D&O ante la crisis
Ante esta situación, las necesidades de cobertura de los consejeros, administradores y directivos se elevan, algo que toca directamente al seguro de D&O, cuya finalidad es proteger el patrimonio de los altos cargos de una empresa frente a reclamaciones de terceros perjudicados por sus decisiones; como empleados, accionistas, clientes o proveedores.
El escenario que afronta este seguro en la época post-Covid que afrontamos viene determinado por dos cuestiones:
- Incremento de regulaciones. Al difícil escenario por el que están atravesando numerosas empresas, sobre todo pymes, por el impacto de la crisis, se le tiene que sumar el incremento de regulaciones a las que están teniendo que hacer frente los empresarios, la GDPR, Compliance, etc…, que hace que junto con la situación económica, el riesgo de recibir una reclamación sea ahora mismo muy alto.
- Más conciencia de la necesidad de protección. La pandemia ha despertado en los empresarios una fuerte conciencia de la necesidad de aumentar sus coberturas para proteger sus patrimonios y empresas. Al igual que ocurre en otros ramos enfocados a los particulares, como Salud o Vida, la Covid-19 está haciendo reflexionar a los empresarios sobre si están bien protegidos ante nuevos riesgos que hasta ahora no se tenían en cuenta, como los derivados de la pandemia. Esto llevará a una mayor comercialización de D&O y a un incremento de las garantías y capitales que hasta ahora incluían estas pólizas.
Proteger el ámbito personal
No menos importante resulta la necesidad de los directivos de tener bien cubierta su seguridad en el ámbito personal.
Con la actual situación de pandemia, hemos visto la vulnerabilidad a la que estamos expuestos y muchos directivos han demandado una protección integral, no solo en el ámbito empresarial sino también ante diferentes riesgos de carácter personal con coberturas adaptadas a sus necesidades, como los accidentes personales, la protección de estudios para hijos menores, la cancelación de saldos pendientes, la asistencia psicológica, etc.
De ahí que otro de los seguros específicamente recomendados para los ejecutivos sea el de Accidentes Personales. En este segmento, contamos con un seguro diseñado especialmente para altos cargos, que además de garantizar una indemnización en caso de fallecimiento o invalidez, ofrece coberturas de protección financiera y asistencia.
Nuevos riesgos emergentes
Pero no son solo los riegos derivados de la situación económica de las empresas los que amenazan a administradores y directivos, en el nuevo mundo en el que estamos entrando, hacen su aparición nuevos riesgos, cada vez más peligrosos para las empresas y el patrimonio de sus directivos.
Uno de los riesgos que, sin duda, ha ido ganando peso entre las preocupaciones de los ejecutivos es el derivado del uso cada vez mayor de recursos informáticos. En un mundo en el que el teletrabajo, el ecommerce y las videoconferencias se han impuesto como norma tras las restricciones de movilidad impuestas por la pandemia, las posibilidades de sufrir un incidente informático, por la intervención de hackers, se han disparado.
Un peligro del que son muy conscientes las grandes corporaciones, pero no tanto las pymes, que, sin embargo, suelen ser objetivo frecuente de los piratas informáticos. En este ámbito no se trata solo del perjuicio que puede causar la paralización de la actividad en la empresa, sino también del daño reputacional que pueden sufrir, especialmente si el incidente afecta a la salvaguarda de los datos personales de los clientes.
En este campo, el sector asegurador ha ido optimizando su oferta para ofrecer las soluciones más adecuadas ante los crecientes ciberriesgos, para dar respuesta a estas nuevas necesidades con coberturas de reclamaciones de terceros, daños propios, procedimientos regulatorios e investigaciones, gestión de incidentes; extensiones en la gestión de una crisis cibernética; nuevas filiales adheridas a posteriori; y periodo adicional de declaración de siniestro.
- Artículo de Ángel Macho, director de Negocio de Berkley España, para https://www.inese.es/